La otoplastia es una cirugía que tiene como finalidad
corregir las deformaciones que se pueden producir tanto en adolescentes como en
adultos en las orejas.
El principal problema de las personas que se acercan a la
consulta de un cirujano plástico para someterse a una operación de orejas suele
ser que tienen éstas despegadas, contraídas, ausencia total de este órgano o
incluso la corrección de los lóbulos deformados.
La intervención se suele realizar con anestesia local y en
un quirófano dotado con todo el instrumental necesario para la realización de
este tipo de cirugías.
Las ventajas de la otoplastia son que no se tiene porque
ingresar al paciente en el hospital y la duración de la operación, por normal
general, suele ser de entre una hora y tres, dependiendo de la complejidad de
la misma.
Estas ventajas permiten que este tipo de operaciones se
puedan realizar a menores de edad, ya que la intervención no afecta en absoluto
al normal desarrollo del menor.
Aun así siempre será el equipo médico junto con psicólogos
los que evalúen el caso, sobre todo cuando se trata de pacientes menores de
edad.
El post-operatorio es muy sencillo, ya que una vez
finalizada la intervención se coloca un vendaje que solo tiene que ser llevado
durante un periodo comprendido entre las 24 y las 48 horas, una vez retirado el
vendaje solo se tendrá que colocar una cinta durante las noches de las próximas
tres o cuatro semanas.
Por último solo comentaremos que es necesario tomar
analgésicos durante las primeras 48 horas, ya que el dolor es más agudo durante
las primeras horas tras la operación, pero una vez pasado ese tiempo el dolor
desaparece.
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